Merecemos un país con oportunidades para todos, con instituciones sólidas que trabajen por el bienestar de la ciudadanía y que permitan que cada vez más jóvenes puedan acceder a una educación de calidad para alcanzar sus sueños y metas.
Es necesario garantizar las condiciones básicas de calidad del servicio educativo universitario de forma tal que aseguren el desarrollo de las habilidades de los estudiantes y velen por sus derechos.
La gestión de la Asamblea Nacional de Rectores permitió que se generen vacíos en la fiscalización y evaluación en la calidad de la enseñanza y evidenció la existencia de conflictos de intereses. Se crearon nuevas universidades que no cumplían con los estándares ideales. En ocho años, la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (SUNEDU) ha alcanzado importantes logros para fortalecer la calidad educativa, entre ellos ordenar la oferta educativa a través del desarrollo de políticas y la implementación de instrumentos de gestión, duplicar el porcentaje de docentes contratados a tiempo completo y realizar una mayor inversión en infraestructura y equipamiento.
La aprobación de los PL 697, 862 y 908 que plantean la reestructuración del Consejo Directivo de la SUNEDU eliminando el concurso público de méritos para la elección de sus representantes, afecta directamente el sistema de regulación y aseguramiento de la calidad educativa universitaria, dejándola vulnerable a intereses particulares y perjudicando el rol de rectoría del Ministerio de Educación. De igual manera, no reconoce que las instituciones de educación superior licenciadas por SUNEDU mantienen su autonomía, al no intervenir el organismo en sus decisiones internas, una vez alcanzada la certificación.
Desde Empresarios por la Educación exhortamos a las autoridades a pronunciarse sobre lo acontecido, escuchar la postura de las diversas instancias, universidades públicas y privadas, organizaciones civiles, la Defensoría del Pueblo, y colectivos de jóvenes en contra de la aprobación de dichas leyes, y tomar acciones que protejan la autonomía de la SUNEDU para garantizar así una educación superior de calidad.
No podemos retroceder todo lo avanzado. Las universidades tienen que ofrecer las condiciones básicas de calidad establecidas por el Estado. Cada uno de los estudiantes peruanos y sus familias merecen tener la confianza de estudiar en una entidad que garantice su crecimiento personal y profesional.